domingo, 13 de mayo de 2007

Desde un "enajenamiento social" hacia una "capacitación humana".

La Humanologia, propone denominar "enajenamiento social", a la situación que vive el individuo humano, cuando predomina en su comportamiento, una cultura que lo "instruye" para depender del medio social, más que una educación, que lo capacite para conocer, desarrollar y emplear sus posibilidades potenciales, de acuerdo a las necesidades reales de cada situación.
Hasta la actualidad, para actuar en el medio social ("mundo externo"), empleamos generalmente cuatro procesos psíquicos (en el "mundo interno").
En el primero, "internalizamos" mediante nuestro sensorio (órganos sensoriales) y nuestra inteligencia (memorias), aquello que se nos enseña, que es desear o querer de algo o de alguien. Con ello, "inconscientemente" limitamos, "rigidizamos" y "condicionamos", nuestro potencial humano creativo, a la cultura conque se nos "instruyó".
En el segundo proceso psíquico, "proyectamos" esas cualidades o virtudes hacia algo o alguien, "creyendo que son" las de algo o de alguien, y desconociendo que esas cualidades o virtudes son los "registros" que hemos "internalizado" nosotros, un tanto fantaseado y no reales, los que creemos tienen aquel o de aquello que creemos. Diríamos que "adjudicamos" cualidades o virtudes que no son verdaderas. Como consecuencia, lo que se "espera" de esa persona o de esa circunstancia, no es propiedad real de ellas, sino lo que uno "proyecta" como deseo que lo sea.
El tercer proceso psíquico, es el que, al desconocer los dos anteriores, da lugar a lo que en psicología se denomina "negación" (de la "aparente" realidad).
Por último, el cuarto proceso psíquico, es el "choque" (estrés), entre las "reacciones" de las experiencias de la otra persona o circunstancia, y la que nosotros "creíamos" que debia producirse.
La consecuencia más difícil de comprender, es que desde ese "desear" o "querer", que la cultura llama "amar" a algo o a alguien, se va "pasando" a la "enajenación", y luego a la "idolatría" y al "fanatismo" de ese algo o alguien.
Uno de los principales errores de "enajenación", comienza quizá, cuando al desconocer el hombre sus capacidades de amar y de pensar, cree que Dios es "poseedor" de ellas. Esto hace que "no las sienta como propias", sino que son posibilidades "divinas". Pero desconoce, que si estas posbilidades, no fueran "sentidas y pensadas" por el ser humano, jamás podrían ser "proyectadas" a Dios como un "símbolo". Ello hace, que al final, termina por "pedirle a Dios", lo que él mismo "proyectó" de sus "registros", pero desconociéndolo.
Paralelamente, ese mismo proceso psíquico, se emplea en el "amor" materno, paterno y familiar, y luego, el mismo proceso, se emplea en el culto a todo aquel o a aquello que trate a nivel social, sea a un jefe politico o al Estado.
Esa dependencia, comienza primero biológicamente, luego psicológica y por último en el ambiente familiar y social. Esta tendencia o predisposición, comienza por ser heredada (genes ADN), luego se va transformando en adquirida, y por último, se "refuerza" cuando va empleando esta experiencia en el medio social, que actúa con los mismo procesos psíquicos.
Pero, por más que este predominio hacia una dependencia vinculada con el "mundo externo" a su personalidad, lo "tiente" con promesas o imágenes "ilusorias", no puede reemplazar la necesidad de crear una reacción autónoma, constructiva y responsable ante estímulos reales del medio social. En alguna medida, esto origina su reacción de "rebeldía" o de "insubordinación" a lo que se le "exige".
El desconocimiento de su necesidad y posibilidad verdadera de crear, que le va generando inseguridades y temores, emocionalmente le originan estados de angustia en cada exigencia del medio, y al no poder generar reacciones ("dentro de sí"), adecuables a las demandas del medio (por desconocerlo), va creando instintiva, emocional e intelectualmente, decepciones, fracasos y frustraciones, que lo deprimen.
Al mismo tiempo, el desconocimiento de cómo capacitarse para adecuar sus reacciones a las necesidades reales de cada circunstancia, origina "dentro" del individuo humano, un "choque" (estrés), entre lo que la sociedad demanda del individuo, y lo que el individuo esperaba de la sociedad (medio externo a él).
Este continuo y creciente "choque", en una sociedad que para sobrevivir, emplea conductas competitivas, va "enajenando" a todos y a cada uno de sus componentes (los "saca de quicio", los va "enloquciendo", les genera conflictos y dudas en sus decisiones y problemas en sus comportamientos. Esto le va creando una reacción defensiva de "encierro" o "alienamiento".
Esta situación social competitiva, que impulsa a sus componentes a una lucha por el predominio de unos sobre otros, va aumentando el riesgo de generar hechos que autodestruyen a la misma sociedad y a sus componentes con diferentes formas e intensidad de violencias o en caso contrario "proyectivamente", como reacción defensiva tratan de "destruir" al medio externo (personas o cosas).
La Humanología, propone denominar "capacitación humana", a la posibilidad de conocer de una manera simple (simplificada), pero científica, a las capacidades que "movilizan" la energía vital del organismo humano. Este conocimiento, amplía el desarrollo de nnuestra corteza cerebral, con ello, se amplían también las memorias (esta vez de manera consciente y creativa), y con ambas posibilidades, mejora el empleo de nuestro potencial humano "traducido" en mejores y más "humanizantes" comportamientos.
Pero esto necesita partir de las experiencias que estamos empleando hasta ese preciso instante, tanto heredadas (genes ADN), como adquiridas (culturas), y con ello vamos favoreciendo de manera creativa, constructiva y responsable, nuestras intercomunicaciones y nuestras interrelaciones.
En síntesis, esto posibilita evolucionar desde una situación de "enajenamiento social" hacia una "capacitación humana" de sus componentes y en su vinculación con el medio social, al medio.

sábado, 12 de mayo de 2007

¿Podrán evolucionar el ser humano y las sociedades?

Es posible que el origen de la creación del ser humano, sea contribuir a la evolución de la humanidad.
Actualmente, y considerando el creciente aumento de conductas violentas y destructivas, parecería que ese objetivo fuera erróneo a pesar de todas las búsquedas que se intentan.
La lucha constante entre los impulsos instintivos, racionalmente "etiquetados" de huelgas, "piqueteros", terrorismo, revoluciones y guerras (conflictos "armados" con diferentes elementos), que insisten en "saciar" su necesidad de supervivencia, y por otra parte, las diferentes culturas que se "oponen" a estos impulsos instintivos, también racionalmente "etiquetados" como "Luchas antiterroristas", "Lucha contra los traficantes de drogas, de trata de blancas y de tráfico de armas", Congresos para la Paz, Derechos Humanos, Oraciones por la paz del mundo, etc., van originando un creciente "choque" (estrés) entre expectativas para lograr un "equilibrio" y decepciones que generan frustraciones y fracasos.
En relación a estos "choques" (estrés), en la mente de toda persona existen dos procesos psíquicos: uno que "moviliza" energías vitales (nerviosas) en su "mundo interior", y otro, que vincula esa energía con el "mundo "exterior" (estímulos).
Y aunque ambos procesos, debieran cooperar, complementarse e interrelacionarse, de manera consciente, creativa, constructiva, responsable y respetuosa de la existencia para contribuir evolutivamente a mejorar la humanidad y a sus componentes, los hechos diarios, muestran lo contrario.
La pregunta que debemos hacernos, es esta: ¿porqué motivo se origina esta contradicción?.
Búsquedas de lograr explicaciones, existen, pero los intentos llevados a cabo, demuestran en realidad, que resultan insuficientes, cuando no erróneos.
Ante esta situación, la Humanología, como disciplina médica y psicológica, tratando de sintetizar, infinidad de investigaciones educativas, políticas, filosóficas, místicas y científicas, coincide con todas ellas en afirmar, que hay que tratar de conocer las verdaderas causas que genera el comportamiento de todas y cada una de las diferentes sociedades.
La Humanología, considera necesario: aprender a conocer el origen de la conducta humana, aprender a tener en cuenta qué elementos contribuyen al desarrollo y empleo de estas conductas, y sobre las referencias de estas experiencias, ampliar el empleo de sus capacidades, para valorar errores y aciertos heredados (ADN) y adquiridos (culturas), y a partir de allí, mejorarlas y participar, para entre todos, cooperar, complementarse y contribuir verdaderamente (no con promesas recitadas), a la evolución del ser humano, componente básico de la humanidad.