Es posible que el origen de la creación del ser humano, sea contribuir a la evolución de la humanidad.
Actualmente, y considerando el creciente aumento de conductas violentas y destructivas, parecería que ese objetivo fuera erróneo a pesar de todas las búsquedas que se intentan.
La lucha constante entre los impulsos instintivos, racionalmente "etiquetados" de huelgas, "piqueteros", terrorismo, revoluciones y guerras (conflictos "armados" con diferentes elementos), que insisten en "saciar" su necesidad de supervivencia, y por otra parte, las diferentes culturas que se "oponen" a estos impulsos instintivos, también racionalmente "etiquetados" como "Luchas antiterroristas", "Lucha contra los traficantes de drogas, de trata de blancas y de tráfico de armas", Congresos para la Paz, Derechos Humanos, Oraciones por la paz del mundo, etc., van originando un creciente "choque" (estrés) entre expectativas para lograr un "equilibrio" y decepciones que generan frustraciones y fracasos.
En relación a estos "choques" (estrés), en la mente de toda persona existen dos procesos psíquicos: uno que "moviliza" energías vitales (nerviosas) en su "mundo interior", y otro, que vincula esa energía con el "mundo "exterior" (estímulos).
Y aunque ambos procesos, debieran cooperar, complementarse e interrelacionarse, de manera consciente, creativa, constructiva, responsable y respetuosa de la existencia para contribuir evolutivamente a mejorar la humanidad y a sus componentes, los hechos diarios, muestran lo contrario.
La pregunta que debemos hacernos, es esta: ¿porqué motivo se origina esta contradicción?.
Búsquedas de lograr explicaciones, existen, pero los intentos llevados a cabo, demuestran en realidad, que resultan insuficientes, cuando no erróneos.
Ante esta situación, la Humanología, como disciplina médica y psicológica, tratando de sintetizar, infinidad de investigaciones educativas, políticas, filosóficas, místicas y científicas, coincide con todas ellas en afirmar, que hay que tratar de conocer las verdaderas causas que genera el comportamiento de todas y cada una de las diferentes sociedades.
La Humanología, considera necesario: aprender a conocer el origen de la conducta humana, aprender a tener en cuenta qué elementos contribuyen al desarrollo y empleo de estas conductas, y sobre las referencias de estas experiencias, ampliar el empleo de sus capacidades, para valorar errores y aciertos heredados (ADN) y adquiridos (culturas), y a partir de allí, mejorarlas y participar, para entre todos, cooperar, complementarse y contribuir verdaderamente (no con promesas recitadas), a la evolución del ser humano, componente básico de la humanidad.
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