Desde que es captado un estimulo externo (generado en el ambiente social), que actúa como enseñanza, hasta su expresión con diferentes formas de comportamientos, que son una evidencia de su elaboración y de su aprendizaje, las energías "nerviosas" que se "movilizan", aún cuando son parte de la energía esencial e infinita del universo, se van "materializando" y transformando en su "funcionamiento", por la existencia de cinco capacidades: sensoriales, intelectuales, emocionales, instintivas y afectivas.
La capacidad sensorial, es la que mediante fenómenos físicos y químicos, esta condicionada para "captar" los diversos estímulos (mediante diferentes ondas vibratorias).
La capacidad intelectual, se ubica en la corteza cerebral, la cual mediante "registros", transforma los estímulos percibidos en memorias. Estas memorias, actuarán como referencias, y se emplearán para elaborar respuestas en forma de actitudes -tendencias a- y a comportamientos -reacciones evidentes-.
La capacidad emocional, compuesta por un complejo sistema que se denominó "límbico", "regula": a) el funcionamiento del sistema nervioso autónomo (y con él, fundamentalmente la diferente posibilidad e intensidad de irrigación sanguínea del organismo, del cual el sistema nervioso en especial, es quien genera, dirige y distribuye la energía vital del individuo humano; b) el sistema hormonal endócrino, y c) el sistema inmunológico. Principalmente a través de estos tres elementos del sistema "limbico", la capacidad emocional, actúa como un medio para favorecer u obstaculizar, el desarrollo y empleo del potencial humano.Para ello, emplea substancias químicas y actividades físicas, que en la zona de interrelación de neuronas (sinapsis), actúan favoreciendo (neurotransmisoras) o "regulando" (neuromoduladoras).
La capacidad instintiva, es la que impulsa estímulos, mediante reflejos condicionados, que biológica, hereditaria y culturalmente, son "atraídos" o "rechazados", mediante un órgano que se encuentra en el cerebro -amígdala cerebral-. Organo, que a su vez, es "controlado" desde la corteza cerebral, en especial en las zonas prefrontales.
Y por último, la capacidad afectiva, evidencia la síntesis de la sensibilidad (no confundirla con la sensorialidad), y se integra a la intelectualidad, para manifestarse como comportamiento. Esta capacidad, está influída por la mayor o menor intensidad de "desarmonía" (emocional) del "movimiento de energías nerviosas que transportan estímulos: : "calenturas" (impulsos instintivos), "calidez" (armonía emocional) o "frialdad" ("rigidez" y "cálculo racional").
Es necesario aclarar que, aunque se desconozca la existencia de estas capacidades, lo mismo se emplean, pero en forma ritual e inconsciente, y no en forma creativa. Ello se debe a estar "condicionadas" y "limitadas" al empleo de experiencias genéticas heredadas (ADN) y a culturas "internalizadas" que la emplean de manera parcial, en un medio social que también las desconoce.
Elementos que posibilitan "ordenar" el "movimiento" de la energía vital.
Con la finalidad de ampliar las memorias de manera "creativa", podemos "ordenar" el movimiento de energías vitales (nerviosas), "dentro" y "fuera" de la personalidad del ser humano, mediante el método que Eric Berne denominó Análisis Transaccional, que Kertesz y colaboradores, adecuaron para su empleo en nuestro país.
Análisis, porque trata de conocer y explicar procesos psíquicos comunes en todo individuo humano, aunque en su desarrollo y empleo sean diferentes en cada persona (social), y Transaccional, porque trata de relacionar el intercambio de estímulos "dentro" de la persona, y "fuera" con las demás.
Este proceso de "ordenamiento", se lleva a cabo empleando zonas de la corteza cerebral que van creciendo en su desarrollo en capas hacia la superficie, a partir de las capas profundas, que guardan "registros" desde los comienzos de la evolución de la humanidad (mediante el ADN), que se toman como "referencias imprescindibles" para mejorarlas en cada instante de una realidad, que actúa en forma dinámica, contínua y evolutiva. Realidad que emplea el potencial humano "virgen" disponible, mediante memorias nuevas, creativas y constructivas (empleando el componente químico ARN). Esto posibilita a la persona, el desarrollo y empleo de comportamientos de manera eficiente, eficaz y responsable de las consecuencias que provoca en el medio social en el que interactúa, con lo cual puede verifica erróres (heredados y "reproducidos" culturalmente), y mejorar su empleo con autonomía (emociones "equilibrables") y con conductas adultas (ampliación de conocimientos).
Los elementos que posibilitan "ordenar" el "movimiento" de la energía vital (nerviosa) del mundo interior del individuo humano e intercambiarla con el medio social, siempre a partir de la manera en que hasta ese momento se la empleaba, son los ocho siguientes:
I) La actitud (tendencias o predisposición a actuar). Puede ser irreflexiva, impulsiva, repetitiva e inconsciente, o partir de su aprendizaje, transformarse en reflexiva, creativa, constructiva y responsable (de las consecuencias).
II) La conducta (comportamiento social). Que, o bien impulsa a "manejar" (psicopatías) a los demás o a ser "manejado" por ellos, o a partir de su aprendizaje, administrarla y "conducirse" y "conducir".
III) La ubicación (real o irreal) y los valores (mágicos: dominante, sometido,evasivo y maníaco, o lógicos: propuestas, aceptaciones y realizaciones comunitarias).
IV) Los estímulos que se buscan obtener del mundo externo (obsesiva y "caprichosamente"), o que mediante un aprendizaje de capacitación humana, se propone y busca proponer como objetivos comunes.
V) Las comunicaciones que generalmente son monólogos y que al capacitarse se transforman en diálogos.
VI) Los "argumentos personales (o "destinos prefijados por herencia"), o las posibilidades reales (empleo consciente, creativo y responsable de esos argumentos.
VII) Las relaciones sociales (Los "Juegos Psicológicos" de Berne - Kertesz), o mediante el aprendizaje, las relaciones humanas (cooperativas, constructivas y comunitarias).
VIII) Los proyectos de vida (planes de vida heredados, inconscientes o idealizados), o mediante el aprendizaje, la elaboración de planes de vida reales, su programación y su realización comunitaria.
Esto permite mejorar las experiencias rituales y, al mismo tiempo, aprovechar las capas más superficiales de la corteza cerebral, que como hemos dicho antes, disponían de un "material virgen", para emplear el potencial que favorece la evolución dinámica y continua, tanto de la sociedad como de sus componentes.
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