jueves, 21 de junio de 2007

Humanologia.-

Necesidad de una capacitación humana y social, para cooperar, participar y complementar las diferencias intra e interpersonales.
Aunque nos parezca reiterativo, debemos insistir en la necesidad de un conocimiento, desarrollo y empleo, de una capacitación integral, que nos permita desarrollar y emplear en profundidad (con uno mismo) y en amplitud (con los demás), las energías que disponemos en potencia, como parte esencial del universo del cual somos parte.
Hasta la etapa evolutiva actual de la humanidad, cualquiera sea la situación geográfica en el mundo, las diferentes culturas que originan la existencia de distintas condiciones raciales, religiosas, económicas, etc., van demostrando la enorme desproporción y contradicción, entre las diversas formas de competir, de compararse y de predominar unos sobre otros, con consecuencias muchas veces destructivas, y el insuficiente conocimiento y desarrollo de la capacidad de cooperar, relacionarse y comunicarse entre personas, de manera "humanamente constructiva".
Podemos comprobar también, como hasta ahora, los pedagogos, emplean predominantemente instrucciones y educaciones, para que cada componente de la sociedad desarrolle su "independencia" (para "hacer lo que quiera"), o la dependencia (para "hacer lo que otros quieran"), y lograr (de manera neurótica y un tanto obsesiva), ser el "mejor", para no ser "el peor", o evitar ser "uno más" y "pasar desapercibido"
Consideramos, que la resultante de desconocer la posibilidad de capacitarse para cooperar, y en vez, la capacitación que "obliga socialmente" a competir para sobrevivir, origina un "choque emocional" (estrés) y sus consecuencias (alteraciones en el funcionamiento somático y en el psíquico -enfermedades psicosomáticas y psíquicas-).
Frente a esos "choques" (estrés), en la actualidad, se proponen cambios de tendencias y conductas en lo cultural, "curaciones o paliativos" en lo científico, y hasta se busca mediante diversos dogmas religiosos o diferentes sectas, pedidos de salvación o promesas de "sanación", o si no se intenta crear "personajes mesiánicos" a quienes apoyar o seguir, para lograr "beneficios" o "conveniencias" individuales o grupales.
Ante estas diversas situaciones, la Humanología, hace una nueva propuesta: la necesidad de capacitar integralmente a todo ser humano. Es decir, ampliar la capacidad que ha desarrollado hasta ese momento, tanto del empleo de su sensibilidad (que "moviliza" sus energías vitales desde el comienzo de su creación como individuo humano), como de su inteligencia (culturas con las que emplea estas energías para comunicarse y relacionarse con los demás.
Elementos a tener en cuenta en esta propuesta.-
1º) Desproporción entre el empleo de culturas competitivas y capacitación para cooperar.
2º) Culturas pedagógicas, que privilegiando el desarrollo de la inteligencia, "favorecen" el empleo parcial y un tanto erróneo, del desarrollo del confort y de la tecnología, generando el "enajenamiento social" del individuo para lograrlo ("materialismo económico") o en forma opuesta, el "espiritualismo idealista", para "compensar" el "vacío interior" (alienamiento), que genera el materialismo.
3º) Esta educación competitiva, para ser "el mejor" en cualquier circunstancia u actividad, va generando preocupaciones (que angustian), y al no lograr "de inmediato" resultados, originan descepciones, frustraciones o fracasos (que deprimen). Esta situación, va creando un "vacío de realidad" (displacer, sensación de soledad, de abandono de "carencias"), que se van "compensando" con el "placer" que provocan diversas adicciones (fama, fortuna, poder) para "dominar" a otros y escapar de ser "dominado" por otros. A estas adicciones, se agregan otras: bebidas, drogas, sexualidad, fanatismos religiosos, deportivos, incluso casi sin darse cuenta, hasta fanatismos culturales, artísticos, etc., en los cuales se lucha por ser "exitoso". Esto sucede, en gran medida, por desconocer como capacitarse para desarrollar y emplear la realidad, situación intermedia entre las experiencias del ayer y las perspectivas del mañana. Aclaramos que esta situación intermedia, equivale a un hoy, fugaz, continuo, dinámico pero evolutivo. El capacitarse de manera integral, para desarrollar y emplear la realidad de un hoy, nos "incluye" con todo lo existente en cada instante (seres humanos u objetos), permite lograr resultados creativos, constructivos, respetuosos de las diferencias individuales o grupales, que hacen a las personas responsables de sus comportamientos, para en función de ello, valorar lo erróneo (originado en experiencias heredadas) y afirmar lo verdadero (mejorando el empleo del potencial humano).
4º) Necesidad de conocer el papel que juegan las alteraciones emocionales, en el origen y empleo de las conductas competitivas y de sus consecuencias.
5º) Necesidad del conocimiento, tanto de la capacidad que "capta" exteriormente estímulos (capacidad sensorial), y de la que los "registra" (capacidad intelectual), como las que elaboran reacciones a estos estímulos (capacidades emocionales, instintivas y afectivas).
6º) Necesidad de conocer, que el desconocimiento de la posibilidad de un desarrollo integral de la personalidad, fue y sigue siendo, el generador de inseguridades, de miedos y de angustias (en el mundo "interior" del individuo humano), que provocaron comportamientos "proyectivos" (enajenamientos sociales = ambiciones), y "represivos" ("alienamientos" depresivos).
7º) Necesidad de conocer que ello, generó conductas sociales extremas, por un lado impulsivas ("calenturas"), y por el otro "represivas" ("frías, racionales y calculadoras"). Conductas que fueron actuando como "obstáculos", para un desarrollo y empleo de conductas menos alteradas ("cálidas y humanas").
8º) La Humanología, ante esta situación, propone una disciplina (ordenamiento), que mediante un método (pasos a dar), amplíe el conocimiento, desarrollo y el empleo del potencial humano disponible, y con ello, se afirme el sentido creativo, constructivo y responsable de la evolución del ser humano y de la sociedad que entre todos integra.

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