Si en verdad buscamos mejorar el empleo de nuestra personalidad, elemento con el cual participamos en el medio social ("personaje"), necesitamos conocer y desarrollar el "contenido"de potencial, compuesto por energías de vida (persona), para emplearlo en cada circunstancia, siempre nueva, dinámica y continuamente evolutiva, de manera más adecuada y oportuna.
En el ser humano, las energías de vida, son el equivalente a las energías que "moviliza" el sistema nervioso. Este sistema, se encarga de activar, movilizar y emplear el potencial de energías vitales (que en esencia con parte de las energías del universo infinito), mediante cinco capacidades: a) la de los sentidos, resultantes de la coordinación del empleo de la vista, el oído, el tacto, el olfato y el gusto; b) la intelectual, mediante el empleo de pensamientos, tanto fantaseosos como reales, y de las memorias, tanto rituales como creativas; c) la emocional, con sus variantes opuestas y compensatorias de angustia y de depresión; d) la instintiva, que se manifiesta con la actuación de los actos reflejos básicos: respiración, sed, hambre, sueño y sexo, imprescindibles para sobrevivir y reproducirse y e) la afectiva, que esta en relación con el funcionamiento "armónico" (sentimientos) o "desarmónicos" (resentimientos, que originan las "pasiones humanas").
Cada una de estas capacidades,"moviliza" energías mediante diferentes "longitudes de onda".Peero todas ellas, cooperan, se complementan y coordinan su participación, actuando como una unidad inseparable.
Las dos primeras capacidades, actúan como un proceso mental, que intercambia estímulos con el medio externo al individuo. En ellas, predomina la influencia del sistema nervioso central. Las tres últimas, lo hacen mediante un proceso sensible, que "detecta" esos estímulos, los "elabora" y "reaccionan" desde el medio "interno" del organismo hacia el medio "externo" (social). En estas tres últimas capacidades, predomina el sistema nervioso autónomo.
Sólo la complementación y la coordinación de la capacidad sensible y de la capacidad mental, permite que el ser humano disponga de un "amplio abanico" de posibilidades de expresión, único en la naturaleza.
Idealmente, en condiciones "normales", las "regiones sensibles" (zonas subcorticales y resto del cordon nervioso), y las mentales (corteza cerebral), funcionan en forma "armónica". La sensibilidad, influye de manera importante en la mentalidad, y la mentalidad es importante para generar reacciones sensibles.
Pero es suficiente el empleo de una palabra inadecuada (que no integre el concepto con su verdadero sentido), o una melodía que nos recuerde una relación pasada o "concluída", un olor percibido que se asocie a algo o a alguien que provocó un estímulo negativo, una mirada "dura", recuerdos gratos del pasado, o escuchar frases cariñosas, para "desencadenar" resentimientos, nostalgias o ternuras. Y a partir de esa circunstancia (inconscientemente), la mentalidad (racionalismo), pasa a depender en gran medida de reacciones sensibles (que entonces "reprimen" o "liberan" energías nerviosas), y no del razonamiento, que al desarrollarse y emplearse, "regula" y "encauza" esta energía de manera creativa, constructiva, respetuosa y responsable de las consecuencias que origina con el comportamiento.
Para cualquier aclaración, dirigirse al e-mail Carhumanología@yahoo.com.ar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario